Fotografia de F.Puigcarbó
Luce airosa la amapola
que se mece entre la hierba
al calor del solecito
y la brisa que sopla
que la mueve con el cereal
que verde se alza.
Luce airosa la amapola
que en un margen
o en medio del sembrado
nunca está sola. Mas,
la que encontré hoy
sola estaba al borde de la carretera
como en un poema visual,
orgullosa, y aunque equivocada
lucia sola, la muy zalamera.
F.Puigcarbó
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