El sol entra en el comedor,
todo lo que toca cambia de tonalidad
el vaso traspasado por sus rayos
se refleja en la pared,
el plato parece un lago
y el cuchillo una daga de hielo.
El polvo flota indolente enmedio de los rayos
de este sol madrugador y miedoso, hasta que
poco a poco baja. No tiene ninguna prisa
es un solo amarillento asustado
que da una tonalidad diferente a todo
y que poco a poco al levantarse el día
aclara y diluye las sombras,
que lentamente se van
en el olvido de la mañana, hasta que
como cada día, llega el mediodía
y luego ......... la tarde.
1 comentário:
El sol entra en el comedor y con su luz dorada acaricia la estancia, regalo de la naturaleza.
Besos de luz de MA para ti Flor.
Mil gracias mil por tu huella amiga , en mi blog tu blog.
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